viernes, 20 de noviembre de 2015

¿Forofos o caballeros?

En el siglo XIX Futbol y Rugby eran los mismo: un juego de pelota con unas reglas poco definidas.

En 1863 los practicantes de este deporte deciden dotarle de reglas y se dividen entre los partidarios de jugar a la mano y los que prefieren hacerlo con los pies. Entonces surgen dos deportes diferentes.

Algo parecido está ocurriendo ahora con las carreras en el medio natural. Cada vez hay más corredores que abandonan las pistas y el asfalto y se deciden a correr por caminos, montes y desiertos. Y el que lo prueba ya no quiere volver al aburrido asfalto.

En este punto los intereses económicos son evidentes y las federaciones luchan por arrimar el ascua a su sardina y capitalizar este fenómeno. Simplificando mucho, hasta ahora en España, las carreras cortas y con poco desnivel estaban amparadas por la Federación de Atletismo (RFEA) y las carreras de ultradistancia y con mayor desnivel (vamos, las que molan) eran competencia de la Federación de Montaña (FEDME).

Mientras que el correr por el monte fue un deporte minoritario el reparto fue pacífico pero últimamente estamos viendo movimientos de la Federación de Atletismo para entrar en el terreno de la Federación de Montaña.

En mi opinión estamos en un momento como el de la separación de futbol y el rugby. Si queremos que nuestro deporte mantenga unos valores parecidos a los de rugby deberíamos permanecer tutelados por la Federación de Montaña mientras que quienes tengan intereses económicos, no les preocupe la proliferación del dopping o antepongan el espectáculo al deporte preferirán convertirse en algo parecido al futbol y apostarán por la Federación de Atletismo.

Yo por mi parte, mientras mis piernas aguanten,  comtinuaré sin federarme y seguiré saliendo por el monte sin necesidad de tutelas de nadie aunque preferiría que las pocas carreras que hago dependieran de alguien que conozca el medio en el que me muevo.